No hay futuro sin confianza para nuevas inversiones y combatiendo el capital argentino

No vale la pena hablar del presente, ni de los fracasos sucesivos de más de una década… Hay que hablar del futuro, y de los planes económicos en danza, los cuales, enhorabuena, deben ser elaborados ANTES que asuma un gobierno y no después.

Se escucha con recurrencia acontecimientos que simplemente NO HAN DE SUCEDER, o dicho de otra forma, su probabilidad de ocurrencia es extremadamente baja. Cualquier plan, para tener chance de triunfar, debe partir de la REALIDAD, dejando de lado la ilusión de la inmediatez. Para ejemplificar:

INVERSIONES. Las únicas que pueden llegar “de inmediato” son las puramente especulativas. Las que aprovecharon el dichoso “Carry Trade”, tremendo error que nos costó decenas de miles de millones de dólares, con un Presidente preguntándose a diario “porque no vienen la Inversiones genuinas?”. La respuesta, insólitamente simple, es que, habiendo un rendimiento de dos dígitos en dólares, no hay inversión cuyo rendimiento le pueda competir, considerando obviamente que la inversión conlleva riesgo, vs. el “Carry Trade” que era ganancia automática…Un verdadero disparate.

Los Fondos de Inversión, tardarán en confiar y venir. Puede haber ocasionales operaciones “border”, aprovechando “gangas” que el mal momento económico siempre genera. Pero aquellas que suele haber en Brasil, Chile, Colombia por citar algunos, se tomarán no menos de dos o cuatro años en observar y ver cuán real y firme es el nuevo rumbo.

Ni hablar de los Fondos de Pensión, que manejan la porción de inversiones financieras más grande del mundo: éstos llegarán luego de 5/10 años de “buena conducta” con suerte.

Entonces, ¿Con quienes podemos contar para Invertir? LOS MISMOS QUE HOY SE COMBATE: los Empresarios Argentinos y las compañías Extranjeras que YA OPERAN EN EL PAÍS. Para éstos, que ya conocen el “terreno” es posible invertir y buscar revancha y rentabilidad, pero hoy se los “castiga” por buscarla. Me pregunto cómo pagarán mejores salarios, como invertirán si se los castiga no sólo con la palabra sino con impuestos, o actitudes francamente hostiles…

Ellos son la chance, y hay ahorros en manos de argentinos en el exterior que representan más de la mitad de un PBI anual argentino. Esos, a los cuales se castiga con Impuestos a los Bienes Personales agravados, o a la Riqueza o la pretendida “renta Extraordinaria”. Porque los dirigentes no entienden que NO FUNCIONA ASÍ. Con el garrote, no. ¿y si probamos con la zanahoria? El mensaje “contra el capital” debe leerse “contra la gente, los laburantes, la sociedad”. Ese es el verdadero resultado, y me animo a debatirlo con quién se ponga adelante. Estoy seguro que el 90% de los lectores de éste artículo ya lo saben.

PESOS vs. DOLARES. Cualquier plan, debe partir de la base que la confianza no es instantánea. En plena convertibilidad, 1996, cuando la misma era muy exitosa, los depósitos eran mitad en pesos y mitad en dólares. La moneda de ahorro de los argentinos es el dólar, no hace falta recorrer mucho para entenderlo. El peso es la moneda transaccional. Un cambio de moneda en sí mismo, no hará diferencia.

Se necesita un Plan Integral. Pocos recuerdan que tanto el plan Austral como la Convertibilidad, vinieron con un paquete de medidas para achicar el asfixiante gasto público, el cual luego se volvería a desbocar para terminar aniquilando ambos. SIEMPRE, es la disciplina fiscal. Los planes puramente monetarios sólo consiguen ganar tiempo para lograr equilibrar las finanzas públicas.

SITUACIÓN CAMBIARIA. No hay alternativa al respecto: debemos terminar con el ridículo Cepo. Se podría morigerar en tiempo la cuestión del Stock (de deudas problemáticas) vs. el flujo, para lograr una paz transitoria. Sin reservas, y sin crédito externo, no habrá otra que enfrentar la situación CON LO QUE HAY. Hay mucha riqueza en Argentina, en un mundo que de repente se ha hecho demandante de nuestros commodities, y lo más triste es que estamos despreciando este “momentum”, el cual es de esperar se mantenga.

Necesitamos políticas aperturistas, que reciban el capital con los brazos abiertos, un Mercado de Capitales flexible con estructuras que faciliten iniciativas, y una “deuda” de un Sistema Bancario que se ponga en favor del negocio privado en lugar de vivir del sector público. Hay mucho por hacer.

Y no hacen falta tantos años para estar mejor! La mejoría, una vez que se inicia, genera un bienestar creciente. Sólo es cuestión que hagamos lo que ha dicho Ortega y Gasset hace 80 años: ¡ARGENTINOS, A LAS COSAS!