Clarín

La suba de tasas desplomó la demanda de crédito en 2022: cayó 14%

06-01-2023

Todas las líneas, comerciales y del consumo cerraron el año con pérdidas de dos dígitos. Cuál es la expectativa para 2023. Por: Ana Clara Pedotti

Los préstamos bancarios suelen ser un buen termómetro de la actividad. El año pasado, debido a una desaceleración de la economía, pero sobre todo a un incremento extraordinario de las tasas de interés, todas las lineas que ofrecen los bancos argentinos cayeron por encima de la inflación, En términos reales, el crédito al sector privado se contrajo 14% en 2022, luego de haber cerrado el año anterior también en retroceso.

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Argentina se convierte así en uno de los países donde la relación entre préstamos y el PBI es más baja de la región. El retroceso del crédito afecta a las familias y a las empresas, que por la elevada inflación y el incremento de las tasas de referencia de la economía, perdieron poder "de pago" frente a los bancos.

Ante el aumento de los precios y la volatilidad cambiaria que se dio a mitad del año pasado, en el marco de la crisis de la deuda en pesos, el Banco Central elevó fuertemente las tasas de referencia de la economía. El último ajuste fue en septiembre de 2022, cuando llevó el rendimiento de las Leliq al 75% anual, lo que implica una tasa efectiva de 107%.

Esto representó el marco para un escenario de desplome en todas las líneas crediticias. El mes pasado, los préstamos en pesos al sector privado apenas crecieron por encima de la inflación, con una suba de 0,2 en términos reales. Así acumularon otro año de retroceso, con una caída de 14% real desde los niveles que veían en diciembre en 2022.

En la comparación interanual, los préstamos al consumo fueron los más afectados: el stock de pesos destinado a este fin en los bancos se redujo un 16%, descontando la inflación acumulada en 2022. La inercia negativa pareció darse vuelta en los dos últimos meses del año, aunque las mejoras no alcanzaron para reducir los rojos tanto en el caso de préstamos personales como de tarjetas de crédito.

"Los Créditos al Consumo parecen haber frenado su dinámica contractiva, siendo diciembre el segundo mes en el cual se observó un crecimiento en términos reales , de 0,7% mes contra mes real", explicaron en la consultora LCG, "El impulso vino por las tarjetas de crédito, que crecieron un 2% mensual real, mientras que los préstamos personales se contrajeron 1,6% mensual real".

La perdida de poder de compra y de endeudamiento de las familias es algo que preocupa al Gobierno. En el Ministerio de Economía anticiparon que durante este mes se conocerán medidas para estimular el consumo, sobre todo de los sectores medios y bajos, donde encuentran que la capacidad de endeudamiento “está a tope”

Además de una posible reducción de tasas para estos segmentos, lo que se analiza en conjunto con bancos y cooperativas de crédito es es modificar los requisitos de acceso. También está sobre la mesa la idea de volver a lanzar una refinanciación de los saldos impagos de las tarjetas de crédito, tal como ocurrió durante la pandemia.

Para Guillermo Barbero, de Fist Capital Group, hay diferentes factores que explican sobre todo la caída del uso de plásticos a la hora de financiar los gastos de las familias.

Enumeró: "La falta de actualización de los límites de venta en cuotas y el consiguiente agotamiento de los mismos por su uso durante los meses previos; el alza de las tasas que encarecen el costo de la operatoria para las Entidades Financieras; la situación financiera de los consumidores los motiva a no incrementar el endeudamiento familiar; las actividades que tienen vedado su financiamiento a través de las tarjetas o ven incrementado su costo financiero”, manifestó Barbero.

Por su parte, los préstamos con garantía real, entre los que se cuentan los prendarios y los hipotecarios, cerraron el año con una reducción de 16% respecto a 2021. Por el lado de las empresas el panorama no es más alentador. En términos anuales se contrajeron 11% por encima de la inflación acumulada.

Hacia adelante. por más que el Banco Central decida una reducción de las tasas a partir de enero, a la luz de una desaceleración de la inflación que podría confirmarse con el último dato del 2022 que dará a conocer el INDEC la semana que viene, no se esperan mejoras.

"Un escenario de menor actividad como el que esperamos para el año tendrá un correlato directo sobre la dinámica de créditos y sobre esto se suma un costo de financiamiento más elevado producto de los aumentos en las tasas de interés. Durante el año podrían observarse periodos con una mejor dinámica producto de políticas aisladas de fomento al consumo como el “Ahora 30”", apuntaron en LCG.