El crédito bancario en pesos entregó en mayo la primera señal de estabilización

11-06-2019

El stock total repuntó 0,9% nominalmente, ayudado por las ventas financiadas que surgieron del Hot Sale, aunque sigue cayendo medido en términos reales.

En medio de una caída pronunciada, provocada por su sostenido encarecimiento en medio de una marcada retracción de la actividad, el crédito bancario en pesos entregó en mayo la primera señal de estabilización. El stock general de este tipo de financiaciones repuntó 0,9% nominalmente (ajustado por estacionalidad), aunque medido en términos reales sumó su noveno retroceso consecutivo.

El dato fue confirmado ayer por el Banco Central (BCRA) al difundir el Informe Monetario de mayo. Allí se detalló que, en términos reales y ajustados por estacionalidad, los préstamos en pesos al sector privado "continuaron disminuyendo", aunque "de llegar a caer 5% durante los últimos meses de 2018, durante mayo redujeron esa baja al 2%".

El leve repunte nominal fue impulsado fundamentalmente por las financiaciones con tarjetas de crédito, que revirtieron la caída del mes previo al crecer 4,5% los montos financiados.

En buena medida la mejora llegó gracias a las promociones generales ligadas al Hot Sale para la compra de electrodomésticos o viajes, que mueven montos más significativos.

A la recuperación general de $12.000 millones en promedio que registró la masa de crédito en la calle también ayudó un nuevo repunte de los adelantos por cuenta corriente, que ya habían mostrado signos de mejora en abril..

"El stock de crédito al sector privado tuvo su primera mejora mensual nominal desde septiembre de 2018 aun cuando en términos reales sigue cayendo, aunque bastante menos que en los meses previos", destacó la consultora Gabriel Rubinstein y Asociados.

La retracción del stock, en términos reales, llega al 35% interanual, y es mayor en las líneas que están relacionadas con el financiamiento a las empresas, algo que explica parte de los problemas que muchas firmas atraviesan en un contexto de menores ventas, además.

"El desplome del financiamiento al sector privado es muy superior al registrado en otras recesiones: corridos 12 meses desde el techo previo acumulan una caída del 35% anual real; en 2014 y en 2016, en igual cantidad de meses el ajuste resultaba apenas superior al 10% real", destacó la economista Melisa Sala, de la consultora LCG.

"Pese al tímido repunte de los préstamos en mayo, la relación entre los préstamos a privados y el PBI pasó de 12,3% a 8,4% entre diciembre de 2017 y mayo de 2019", explicó Guillermo Barbero, de First Capital .

La magnitud de la caída lleva a los analistas a preguntarse si la señal de mayo constituye un piso o no para la evolución del crédito, aunque, tomando en cuenta el apego oficial por las tasas altas, nadie espera que este -si se confirma- llegue acompañado de un rebote importante.

"La baja de las tasas del programa Ahora 12 [de 45% a 20%] y los créditos de Anses [$40.000 millones] podrían ayudar a estas líneas en los próximos meses y generar una recuperación. Pero, aun con ellas, no vemos una recuperación marcada del crédito en el corto plazo, dada la prioridad que el BCRA le dará a la estabilidad cambiaria a costa de elevadas tasas", explicó Sala.

En los bancos señalan que parte del freno en la caída obedece a que las empresas dejaron de cancelar líneas. "Las que podían hacerlo, porque conservaban liquidez, ya lo hicieron, para eludir la suba en los intereses. Y las que no podían se resignaron, lo que puede impactar en la morosidad si la demanda no reacciona", explicaron a la nacion desde una entidad privada líder.

Hasta aquí el crédito no rebota, salvo por el impacto de campañas para reactivar ventas, aunque la expectativa es que comiecen a repuntar en los próximos meses, tras cerrarse algunos acuerdos paritarios que facilitan una recomposición de los golpeados salarios.

Aun así se descuenta que esa tendencia a la recuperación será, en el mejor de los casos, acotada, dado que el BCRA ya dejó constancia de que no bajará la tasa de referencia, al mantener durante todo junio el compromiso de sostener un "piso" de 62,5% anual para el rendimiento de sus letras de liquidez (Leliq). El temor oficial es que cualquier relajación termine despertando al dólar.